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Presupuesto del Estado uruguayo: áreas que ganan, pierden y oportunidades de mejora

El think tank Ceres ha puesto bajo la lupa el gasto público uruguayo, analizando en qué se desembolsa y por qué, cómo ha evolucionado en los últimos años y ofreciendo sugerencias para el próximo gobierno.

En 2022, el presupuesto anual de Uruguay fue de $805.000 millones, representando el 27,5% del PIB. Las mayores partidas se destinaron a seguridad social (20,2%), educación (16,3%), servicios públicos generales (13,8%), salud (11,8%) y administración financiera (10,4%). Áreas como protección del medio ambiente recibieron el 0,3%, cultura y deporte el 0,6%, y ciencia, tecnología e innovación el 0,4%, esta última dentro del rubro «Desarrollo económico», que en total recibió el 6% del presupuesto.

Estos datos fueron recopilados por el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) con base en información oficial, estimando que los porcentajes no han variado significativamente desde 2022. El alto porcentaje destinado a seguridad social responde a las necesidades del sistema previsional, que ha experimentado una reforma para garantizar su sostenibilidad. No obstante, el gasto en esta área disminuyó un 5% entre 2017 y 2022 debido a la menor asistencia financiera al BPS y la reducción de partidas de algunas asignaciones familiares.

El director ejecutivo de Ceres, Ignacio Munyo, resaltó varias áreas de mejora, destacando la innovación, especialmente considerando el objetivo del gobierno de convertir a Uruguay en un hub tecnológico regional mediante la colaboración con el sector privado y la atracción de inversiones.

Incrementos y bajas en el presupuesto

Entre 2017 y 2022, las áreas que más incrementaron su presupuesto fueron protección del medio ambiente (53%), protección social (48%), infraestructura, transporte y comunicaciones (39%) y servicios públicos generales (34%). En el caso de protección del medio ambiente, el aumento se debió a un plan de US$ 17 millones para apoyar a las intendencias en el cierre de vertederos a cielo abierto y mejorar la gestión de residuos domiciliarios. La creación del programa de «infraestructura ferroviaria» fue clave en el aumento del presupuesto para infraestructura, transporte y comunicaciones.

Por otro lado, algunas áreas experimentaron menores incrementos, como regulación, control y transparencia (0,2%) y registros e información oficial (0,5%) dentro de la administración financiera. La mayor disminución del presupuesto se dio en el área de regulación, control y transparencia (-40%), principalmente porque la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea) y la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicación (Ursec) se transformaron en entidades estatales descentralizadas bajo la Ley de Urgente Consideración (LUC).

Evolución presupuestaria

El presupuesto uruguayo ha tenido altibajos en las últimas décadas. En 2007, ascendió a $469.000 millones (25,5% del PIB), aumentando a $604.000 millones (24% del PIB) en 2012, $766.000 millones (27,4% del PIB) en 2017, y finalmente $805.000 millones (27,5% del PIB) en 2022.

El presupuesto quinquenal en Uruguay se prepara durante los primeros seis meses de mandato de cada nuevo gobierno, con revisiones anuales (rendiciones de cuentas), lo que en la práctica implica una lógica de funcionamiento anual.

Munyo señaló que existe cierta dificultad para seguir la información presupuestaria en términos funcionales y para comprender las variaciones en las asignaciones estatales a lo largo del tiempo. Esta falta de centralización y calidad en la administración pública, junto con la multiplicidad de fuentes de información sobre los gastos del Estado, complica el seguimiento de la evolución del presupuesto desde antes del actual gobierno.

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