
La Cámara de Diputados aprobó este viernes dos medidas tributarias clave incluidas en el proyecto de presupuesto quinquenal: el denominado “Impuesto Temu” y el Impuesto Mínimo Global. Gracias al respaldo de la bancada del Frente Amplio (FA) junto con los dos representantes de Cabildo Abierto, las reformas tributarias avanzaron en la cámara baja a pesar del rechazo unánime de los partidos Nacional, Colorado e Independiente.
Según se informó, Cabildo Abierto condicionó su voto favorable a que se incorporen reasignaciones presupuestales que beneficien principalmente a las Fuerzas Armadas, con aumentos salariales, y mayores recursos para la sanidad militar.
¿Qué implican los nuevos tributos?
Impuesto Temu / IVA Temu
Este impuesto incide sobre el comercio electrónico internacional, un segmento que ha crecido de forma exponencial. Bajo la propuesta, las compras internacionales por hasta US$ 800 anuales —hoy el umbral es US$ 600— seguirán exentas de aranceles aduaneros, pero estarán sujetas a IVA del 22 % sobre el valor declarado o facturado, con una tributación mínima de US$ 20 por envío y un límite de tres compras exentas al año. Las adquisiciones que excedan esa franquicia seguirán tributando con la tasa del 60 %.
No obstante, el impuesto no se aplicará a aquellos productos originados de Estados Unidos, debido a un acuerdo comercial vigente que exime ciertos envíos. En la práctica, esta medida busca equilibrar la competencia entre el comercio local, que ya tributa IVA, y las plataformas internacionales que antes operaban con ventajas tributarias.
Impuesto Mínimo Global / IMCD
El Impuesto Mínimo Global apunta a que grandes grupos multinacionales paguen al menos un 15 % de impuesto sobre sus rentas en cada país donde operan. El proyecto establece que solo estarán alcanzadas aquellas multinacionales con ingresos consolidados anuales mayores a US$ 750 millones.
El ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, defendió que al menos el 80 % de los impuestos aprobados serán neutrales para el contribuyente común, asegurando que los ajustes no afectarán las clases medias y bajas de forma directa.
Críticas y rechazo de la oposición
Los partidos Nacional, Colorado e Independiente votaron en bloque en contra de estas medidas. Argumentan que durante la campaña electoral se había prometido no aumentar impuestos, por lo que catalogan estas reformas como una traición al electorado.
El diputado Pablo Abdala (Partido Nacional) sostuvo que algunas reasignaciones anunciadas por el Frente Amplio son “mejoras entre comillas” porque no alteran la situación estructural de problemas en la educación u otros sectores, y denunció que no se ha consignado ningún peso adicional para ANEP.
Desde el Frente Amplio y el Ministerio de Economía, en cambio, se enfatiza que estas medidas buscan modernizar el sistema tributario, cerrar lagunas, y alinear a Uruguay con estándares internacionales, sin recargar los hombros de los ciudadanos comunes.
Equilibrando reacciones políticas
La aprobación de estos impuestos representa una jugada política de peso para el oficialismo, que busca mostrar capacidad de acción tras la sanción del presupuesto. Sin embargo, también puede generar desgaste, pues el malestar opositor podría traducirse en presión política que complique su implementación práctica.
Además, la exigencia de Cabildo Abierto sobre reasignaciones militares evidencia que el oficialismo necesitaba el voto aliado, pero ese apoyo se obtuvo con demandas que podrían condicionar el uso de esos recursos. La negociación interna puede dejar tensiones políticas posteriores si dichas reorientaciones no satisfacen las expectativas del partido aliado.
Durante la sesión parlamentaria, no se detallaron aún todas las reorientaciones presupuestales que acompañarán estas reformas tributarias. Se prevé que en las próximas etapas de la tramitación del presupuesto se definan esos ajustes, y que el debate alcance también el Senado.