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Bienestar: evite el alzheimer, depresión y la diabetes

La salud mental se ha convertido en un tema de conversación cada vez más importante. El descubrimiento de enfermedades mentales, junto con el difícil tratamiento de otras ya descubiertas, ha hecho que el asunto sea prioridad tanto para la Organización Mundial de la Salud, como para las entidades supervisoras en cada país.

Psicólogos, psiquiatras, neurólogos y neurocirujanos evalúan el comportamiento del cerebro como órgano, pero también de la mente como un conjunto complejo, determinando males de sumo cuidado como el alzheimer o la depresión, los cuales aquejan a millones de personas en todo el mundo.

No obstante, además de haber tratamientos médicos químicos o rutinas que colaboran a la lucha contra esos dos problemas de salud, también existen alimentos que aportan a fortalecer el pensamiento y las neuronas, funcionando como alternativas naturales. Cada vez son más los profesionales que los recomiendan.

Uno de esos alimentos es el salmón. El pescado azul tiene menos grasas saturadas y más ácidos grasos, como el Omega-3, que otras razas de su misma especie.

Asimismo, tal grasa poliinsaturada lo hace un aliado en la mejora de la actividad de las células del cerebro, pues produce un aumento de sustancias como la serotonina, la dopamina y la noradrenalina, las cuales además de ser aporte para el sistema neuronal, son las responsables por las emociones, el humor y el bienestar, previniendo así la presencia de depresión.

Por otra parte, el salmón es considerado beneficioso para el Alzheimer debido a su contenido de ácidos grasos, especialmente el ácido docosahexaenoico (DHA). Estos ácidos grasos son esenciales para el desarrollo y funcionamiento del cerebro y se ha demostrado que desempeñan un papel importante en la salud cognitiva.

El DHA puede ayudar a reducir la inflamación y proteger las células cerebrales del estrés oxidativo, factores que se cree están asociados con el desarrollo y progresión del Alzheimer. Además, el salmón también proporciona proteínas de alta calidad, vitaminas del complejo B y minerales, que son importantes para la salud cerebral en general.

Por su parte, el Omega-3 también colabora a reducir los niveles de triglicéridos y colesterol en la sangre, aportando también a la sensibilidad a la insulina. Si bien todo eso sirve para controlar o tratar la diabetes, a la vez puede contribuir a prevenirla.

Otros alimentos ricos en Omega-3 son los mariscos, el atún, las sardinas, los frutos secos, las semillas (como la linaza, la chía u otras) y los aceites de plantas (canola, soya y linaza).

¿Cuántas veces a la semana se debería comer salmón para ver beneficios en la salud?

No obstante, muy poco o demasiado podría ser contraproducente para su salud. Por eso, es importante reconocer la cantidad adecuada de salmón a consumir por día o con frecuencia.

Y es que uno de los alimentos que se han popularizado por su aporte a una dieta saludable y balanceada es el salmón, gracias a su versatilidad y beneficios para el organismo. En la actualidad, son cada vez más los nutricionistas que recomiendan integrarlo en la alimentación, ya que su composición lo hace ideal para todo tipo de dietas.

De hecho, este ingrediente forma parte de miles de recetas que abundan en Internet y en los perfiles de redes sociales dedicados el estilo de vida saludable. El salmón se caracteriza por ser una buena fuente de proteínas, además de contener ácidos grasos omega-3, vitaminas y minerales esenciales para el cuidado de la salud.

De acuerdo con la Fundación Española de la Nutrición, “el salmón es un pescado graso que presenta las propiedades típicas de los pescados azules, con un contenido lipídico (12 g de lípidos por 100 g de porción comestible) similar al de los atunes o reos, y altos contenidos de ácidos grasos monoinsaturados, insaturados y omega-3″.

Así, es un alimento recomendado principalmente por su composición rica en vitaminas como la A, que ayudan al mantenimiento, crecimiento y reparación de las mucosas, piel y otros tejidos del cuerpo, y la vitamina D, que cumple la función de regular los niveles de calcio en la sangre, facilitando la absorción y fijación de este mineral en los huesos.

Sin embargo, se recomienda comerlo fresco y evitar consumirlo tras mucho tiempo congelado, muy salado o ahumado, ya que esto puede aumentar su contenido en sodio y afectar a las personas con enfermedades como hipertensión o retención de líquidos.

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