Soja 2025: rendimientos por encima de los 3.000 kilos acercan a Uruguay a su mejor zafra

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Cuando en primavera de 2024 los productores planificaban la siembra de soja, el panorama no era alentador. Los precios internacionales no rompían la barrera de los US$ 370 por tonelada, y los costos obligaban a rendimientos altos para lograr un cierre rentable. Sin embargo, el clima jugó a favor del agro y hoy la zafra de soja 2025 se perfila como una de las mejores de la historia.

Con unas 1.300.000 hectáreas sembradas, las trillas avanzan en todo el país aprovechando la ventana climática, y los testimonios de productores coinciden: los rendimientos promedio superan los 3.000 kilos por hectárea, con picos por encima de los 4.000 kg/ha en zonas del centro y suroeste.

Diego Guigou, productor agrícola de Soriano, explicó que las trillas avanzan “sin romper chacras” y que ya se encuentran cerca del 60% de avance. “Estamos almacenando grano seco y de calidad. Los precios no son los mejores, pero con esta producción cerramos una campaña en verde”, afirmó.

Por su parte, el asesor técnico Alexis González remarcó que los rendimientos en sus chacras están entre los 3.000 y 3.800 kg/ha, con cosecha “sana y limpia”. Al sur de la ruta 11 y en zonas del norte de Paysandú la situación fue algo distinta: las lluvias tardías y el granizo redujeron los rendimientos a entre 2.000 y 2.500 kilos.

Desde la consultora Unicampo, Esteban “Tato” Hoffman declaró que mantienen firme la expectativa de llegar al umbral de 3 toneladas por hectárea. “Cuando el centro del país rinde bien, es una señal. Estamos cerca de un récord nacional”, sostuvo.

En esa línea, el agricultor Gabriel Carballal indicó que en su zona “los rendimientos más bajos son de 3.200 kilos”, con chacras que superan los 4.000. “Esta vez tuvimos agua y se notó. El manejo fue excelente, y eso explica estos resultados”, destacó.

El maíz de primera tuvo un rendimiento razonable, aunque golpeado en algunos casos por olas de calor y déficit hídrico en el llenado de grano. Sin embargo, los cultivos de segunda presentan un potencial muy alto, según anticipan los técnicos.

“Tenemos maíces que están sobre campos de muy alta productividad. Aún no ingresamos con las cosechadoras, pero esperamos buenos resultados”, comentó Hoffman.

La próxima campaña de invierno también ilusiona. A días de la siembra de gramíneas y con un clima favorable, se espera una superficie importante en trigo y cebada, aunque los márgenes de rentabilidad están más ajustados.

En contrapartida, cultivos como carinata y camelina se presentan como opciones atractivas. “La carinata está en US$ 540 por tonelada, con menores costos que la colza y buen rendimiento esperado. El negocio cierra”, afirmó Carballal.

Además, se proyecta un crecimiento sostenido de las brassicas, con recuperación del área de canola e interés creciente por cultivos destinados a biocombustibles, en un contexto donde la sostenibilidad gana terreno.

A pesar del contexto internacional adverso en precios, el agro uruguayo vuelve a mostrar su resiliencia y capacidad de respuesta. Gracias a una combinación de buen clima, decisiones técnicas acertadas y profesionalismo en el manejo, los cultivos de verano cerrarán con números positivos en muchas zonas.

Con los cultivos de invierno a la vuelta de la esquina, el ánimo del productor se mantiene firme, impulsado por los resultados de esta zafra. El campo, una vez más, demuestra ser motor productivo y esperanza económica en tiempos de incertidumbre.

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