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Obra en Costa Azul: dardos cruzados y costo compartido generan controversia

En el idílico escenario de Costa Azul, una cadena de piedras de un kilómetro de extensión ha desatado un enfrentamiento de opiniones entre autoridades locales y expertos. La obra, presentada como una defensa costera contra el cambio climático, ha sido objeto de críticas y elogios, revelando discrepancias en la gestión y enfoques para combatir la erosión y las inclemencias del mar en la costa de Rocha.

El intendente de Rocha, Alejo Umpiérrez, defendió la iniciativa como la «primera obra del Uruguay de defensa costera», con un costo cercano a los US$ 1 millón, financiado por la comuna y los propietarios afectados. Sin embargo, la controversia se centra en la naturaleza de la solución adoptada y su impacto a largo plazo.

La decisión de financiar la mitad del proyecto con contribuciones de los 79 padrones en primera y segunda fila, mediante una sobrecuota en la contribución inmobiliaria, ha generado descontento entre algunos sectores. Los críticos, entre ellos la senadora Sandra Lazo y el alcalde del municipio, Sergio Muniz, cuestionan la efectividad de la obra y su impacto ambiental.

El estudio del Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería Ambiental (Imfia) de la Udelar respaldó el proyecto, pero las consultoras contratadas por la alcaldía argumentan que hay soluciones alternativas más eficientes, como la instalación de pantallas captoras para proteger y recuperar la duna primaria.

Muniz señaló que la obra actual conducirá a la destrucción de la playa y criticó la falta de consulta al municipio, argumentando que la solución no debió confiarse únicamente a ingenieros, sino a profesionales especializados en estudios ambientales.

En respuesta, Umpiérrez defendió la consulta a la Udelar, destacando la naturaleza científica de la decisión. Aseguró que la obra se estabilizará en un año y garantizó la manutención de la playa, afirmando que la intervención fue esencial para mantener la costa en condiciones de uso.

La controversia persiste, y mientras algunos sostienen que la obra representa una solución necesaria respaldada por la ciencia, otros insisten en la exploración de alternativas que minimicen el impacto ambiental y preserven la salud de la playa a largo plazo. La disputa entre dardos cruzados y costos compartidos continúa en Costa Azul.

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