Frente Amplio rechaza cambio de parámetros urbanísticos y venta de tierras municipales
Con mayoría oficialista, la Junta Departamental de Maldonado aprobó la modificación de parámetros urbanísticos para los terrenos del exasentamiento Kennedy, y habilitó además la venta de cinco hectáreas del parque El Jagüel. Ambas decisiones generaron el rechazo del Frente Amplio, que cuestionó el procedimiento y alertó sobre una visión inmobiliaria que, según afirmaron, prioriza la recaudación por sobre el uso público del suelo.
La sesión estuvo marcada por un fuerte cruce entre bancadas. El Partido Nacional impuso su mayoría para aprobar una ordenanza que redefine el uso del suelo entre las avenidas Aparicio Saravia y San Pablo, en la zona donde se encontraba el asentamiento Kennedy, erradicado tras un proceso de realojo de más de 500 familias.
Según el edil nacionalista Adolfo Varela, la nueva normativa busca “darle valor” al terreno y “facilitar su comercialización” a futuro. “Queremos que la tierra pueda venderse a privados con capacidad constructiva. Si mañana alguien quiere desarrollar otro proyecto, tendrá base para hacerlo”, sostuvo durante su intervención.
Varela aseguró que, con estos parámetros, la tierra podría venderse por más de 40 millones de dólares, lo que superaría los fondos solicitados por la Intendencia de Maldonado (IDM) al Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) para financiar el realojo. “Esto le permite a la IDM seguir invirtiendo en políticas sociales con recursos propios”, dijo.
Desde el Ejecutivo, la directora de Urbanismo, Soledad Laguarda, defendió la propuesta asegurando que fue “estudiada desde el inicio del proceso de realojo” y que establecer una ordenanza brinda “transparencia” y “previsibilidad” al proceso de venta.
Críticas desde el Frente Amplio
Del otro lado, el Frente Amplio votó en contra por varias razones. La primera, de orden procedimental: según expresaron los ediles de la oposición, el expediente ingresó a la Comisión de Obras apenas 24 horas antes de la sesión, sin el tiempo necesario para evaluarlo en profundidad.
El edil y arquitecto Jorge Pieri (sector El Abrazo) fue uno de los más críticos. Cuestionó que se adoptaran como referencia los parámetros de la avenida Aparicio Saravia, que permiten planta baja más cuatro pisos, en lugar de la normativa de “barrio jardín” que rige a partir de la calle San Pablo. “Esto es el inicio del camino hacia la venta del Centro de Convenciones y del predio de El Jagüel. Se están sentando las bases para eso”, denunció.
Pieri alertó también sobre la afectación del parque El Jagüel. En la misma sesión se aprobó la venta de cinco hectáreas del predio, a un precio de 2.660.580 dólares, algo que el edil consideró una “fragmentación del espacio público”. “Es la primera vez que se usa parte de un terreno municipal y público para esto”, apuntó.
¿Qué pasará con El Jagüel?
El debate sobre el futuro del emblemático parque El Jagüel no es nuevo, pero esta venta reavivó las alarmas. Según Pieri, la fracción a vender corresponde a la parte trasera del parque, donde hasta diciembre pasado funcionaba el alquiler de caballos para paseos. “Era un espacio de disfrute tradicional, abierto a todos, que ahora se fracciona para negocios inmobiliarios”, advirtió.
Desde filas oficialistas, sin embargo, se minimizó el impacto de la decisión. Varela explicó que las cinco hectáreas ya estaban desafectadas desde hace tiempo, y que se encontraban en estado de abandono. “Se trató de acondicionarlas, están improductivas, y la venta tiene como fin alimentar el Fideicomiso Financiero de Viviendas”, detalló.
El plan del Ejecutivo es utilizar esos recursos —junto con los que se obtendrían de la venta del ex Kennedy— para financiar nuevos desarrollos habitacionales. Pero para Pieri, esto responde a otra lógica: “El fideicomiso se aprobó para evitar el déficit, pero como no hay presupuesto suficiente, ahora se recurre a la venta de tierras municipales. No hay plata, y se están buscando recursos extrapresupuestales”, sostuvo, citando un informe del director de Vivienda de la IDM, Alejandro Lussich.